Me salgo por la tangente para hablar de cosas importantes.
No me había hecho eco de ello en el blog, pero apoyo de todo corazón la iniciativa que lanzada desde el programa “El tranvía” de Radio Nacional de España llegó a mi vía Pululante.
Proponen presentar como candidatura a los premios Príncipe de Asturias de la Concordia a la familia Palestina que había donado los órganos de su hijo abatido por soldados israelíes. Estos órganos sirvieron para salvar o mejorar las vidas de personas de una y otra nacionalidad (palestinos como israelíes) hecho del que el padre, Ismail Khatib, se congratulaba.
La noticia es vieja y yo ya expresé mi deseo de ver esta candidatura hecha realidad mediante un mailing masivo a todos mis contactos. Sirva este post para hacer llegar mi posición a aquellos a los que no les llegó este correo.
Espero que todos os animéis a enviar vuestro apoyo a esta causa a la dirección de correo eltranvia.rne@rtve.es. Creo que nunca la ocasión lo mereció tanto.
Con respecto al tema de las caricaturas de Mahoma, tal y como he dejado constancia con mis comentarios en otros blogs, desearía recordar que si bien tenemos libertad para expresarnos, también la tenemos para omitir cualquier injuria. ¿De que sirven las libertades si no son utilizadas para el bien? No vamos a justificar las acciones de los locos radicales, pero no olvidemos que los fanatismos son consecuencia de la pobreza (de bolsillos, que desencadena en pobreza de ideas) y la pobreza de unos es consecuencia de la riqueza de otros.
No les pidamos a los ciegos (por su fundamentalismo) que vean lo reprobable de sus actos, que sean los que ven (los que se autoproclaman civilizados) los que desde su privilegiado estatus sepan anteponer la paz y la convivencia.
Finalizo copiando aquí un comentario que por astuto merece mi reverencia, de un informático (Cloud-tdh) harto de sus usuarios:
“Lo que no se dan cuenta es que no hay algoritmo que no sepamos programar, pero dar cerebro a un usuario, es algo que esta fuera de nuestras capacidades.”
