lunes, noviembre 28, 2005

Dar cera, pulir cera

Pasé gran parte de mi infancia subido a cualquier altura, en el parque enfrente de mi casa, sobre una pierna, escuchando el discurrir del tiempo mientras mi cuerpo mantenía, perfecta, la posición de la grulla.

La práctica y el esfuerzo me llevó a ejecutar este golpe con asombrosa sincronía, golpeando con una pierna para retornar con la otra al suelo. Mi imaginario enemigo siempre caía rendido ante mi.
Corría el año 84 del pasado siglo y tenía yo 8 años.

El hombre que hizo posible aquello, que me convirtió de niño llorón en mortal guerrero, fué el maestro en artes marciales Señor Miyagi y yo y Daniel-shan fuimos sus mas aventajados alumnos.

Por supuesto, como otros tantos niños, decidí aprender karate en aquella época y mis padres me apuntaron a un gimnasio. Desgraciadamente pronto comprendí que allí no solo se trataba de pegar a otros, ellos también te podían golpear a ti, y yo que he nacido para recibir cariños y no vilipendios, rápidamente abandoné aquel agresivo mundo. (todo esto ocurrió algunos años antes de que el Double Dragon entrase en mi vida, despertando de nuevo al luchador dormido que habitaba mi espiritu-marcial)

Pat Morita, el actor que representó al viejo maestro experto en artes marciales y en que le pintasen la casa gratis murió este viernes pasado a los 73 años de edad llevándose otro trocito de lo que me va quedando de infancia y no puedo evitar sentir una espinita de tristeza.

Solo se me ocurre terminar este post con un tópico.

Descanse en Paz.

PD: Lo que jamás imaginé en aquella época es que el golpe de la grulla adquiriría de nuevo presencia en mi vida cuando en la Tuna aprendí a bailar la pandereta. Desde el principio me destaqué y sorprendí a mis compañeros por mi especial estilo haciéndolo, saltando en el aire, golpeando el instrumento con una pierna para volver a la tierra con la otra… en perfecta sincronía.

Contribuyentes