jueves, noviembre 24, 2005

Los cafés con Piernas (Chile)

Este post viene a colación de un hilo de comentarios de el blog de CCQ (Post "Sobre Leira").

La primera vez que entré en un “café con piernas” en Santiago fue de forma casual, no recuerdo si estábamos exactamente en la calle rosas o en alguna adyacente, teníamos mucha sed y lo único parecido a una cervecería era un local a mano derecha con unas cortinillas a la entrada (de esas de canutillos de plástico que se usan en las puertas de los comercios de pueblo para que no entren moscas).
En los cafés con piernas no hay cerveza, en realidad no hay alcohol, solo café, agua y refrescos (da bastante asco, las cocacolas las sirven abiertas y las traen de allá al fondo, donde mas oscuro está). Además las chicas de este eran horrendas (y creedme que yo encuentro fácilmente algún detalle bello en casi cualquier mujer). Solo se salva la anécdota por una ocurrencia graciosa que en este caso yo tuve al entrar por la puerta, nada mas abrir las cortinillas me volví hacia la chica de la entrada (hay un recibidor donde compras un ticket con la consumición y luego se lo das a la chica “que mas te guste”) y con la mayor cara de susto que pude poner tartamudeé “pe..pero… ¡¡aquí hay señoritas en ropa interior!!”. Mis amigos no paraban de reír.

Mi segunda experiencia fue el “Barón Rojo”, luego he descubierto que es uno de los locales turísticos de Santiago, de echo creo que fue el primer “café con piernas”. Aquí estuvo algo mas simpático por el echo de que a una de las chicas le encantó mi amigo F (bueno, a todas las chilenas en general les encantó F.. que le vamos a hacer :D) Lo que al principio pensamos que era un tonteo con un cliente pasó a algo mas simpático divertido cuando Miriam le dio el teléfono y no paraba de repetir que la llamase.
En un momento dado que nos quedamos solos, las cantamos una canción y las chicas comenzaron a obsequiarnos con la “hora feliz” (no es mas que un striptease) aunque la repentina aparición de nuevos clientes nos chafó el invento a la mitad.
Luego, aunque no te dejan hacer fotografias dentro del local, Miriam tuvo este cariñoso gesto para con nosotros.



Posiblemente no lo halláis notado dada mi pericia con el Photoshop, pero he retocado las caras de mis compañeros de escapada por respeto a sus madres. Si, fijaos mejor.. ¿os dais cuenta ahora? ¡eso es! Lo habéis adivinado, he usado los rostros de dos políticos británicos.. y la cara de un señor árabe, creo que es un famoso cómico de Qatar, no sé.

Y.. ¿veis la flechita roja? ¿Qué es lo que señala? ¿Es un pájaro? ¿es un avión? ¿son los faros de un camión? ¡No! Se trata del mismísimo ¡Vincenzo Balzán!

Corolario: Os quería hablar de otro local, uno completamente oscuro que nos recomendó, no se si en serio o para quedarse con nosotros, un amigo, camarero del restaurante "Don Valentin" ( por Las Condes, completamente recomendable, papá Valentin es un weón maravilloso con un corazón de oro, un auténtico personaje, emigrante cuando solo era un niño, no he oido a nadie usar un lenguaje tan chileno ni con tatantos tacos como a el). Alli no pasé miedo porque soy un inconsciente, pero desde luego, y a pesar de mi insaciable curiosidad por los antros mas alternativos y singulares, salí perjurando a mis "amigos" que en otra de esas no me metian.. de momento.

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