¡Que maravilloso fin de semana he pasado en la Capi! La Capi siempre estupenda vistiéndose ahora de ciudad olímpica. Esto del olimpísmo tiene un precio claro, algunos atascos por aquí, algunas calles cortadas por allá.. Pero merecen la pena estos pequeños sacrificios ¿verdad? ¡El deporte es algo tan bonito!
Sin ir mas lejos este fin de semana hemos disfrutado de la “copa del rey” de fútbol en Madrid ¡Que maravillosos aficionados futboleros invadiendo la ciudad con su alegría desmedida! Ellos representan el espíritu olímpico que queremos para Madrid. Por esto, cuando el sábado por la noche me topé con la riada humana que salía del Calderón, tuve paciencia y compartí su felicidad, mas cercana si cabe gracias al bochorno madrileño que, en ausencia de aire acondicionado, me obligó a llevar las ventanillas del vehículo bien bajas, pudiendo así regocijarme en sus alegres cánticos y la melodiosa armonía de las trompetas que con ellos portaban. Y que decir del placer de poder seguirles, despaciosamente (¿a 3 kilómetros a la hora?) por las calles mientras ellos, asistidos por su derecho divino de campeones coperos invadían la calzada. Algunos de ellos, los mas simpáticos, incluso tuvieron la gentileza de bajar sus pantalones para ofrecerme la visión de sus bonitos traseros oe, oe, oe ¿no es maravilloso? Lo cierto es que yo había quedado con alguien a quien me apetecía mucho ver pude soportar el retraso gracias a experiencia casi mística.
Yo, que soy de natural agradecido, creo que les voy a devolver la visita a Sevilla la semana que viene, voy a ver si me compro una de esas dulces trompetillas y recorro las calzadas, por su centro, entonando alegres melodías con los pantalones por los tobillos.